Según declara la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en el informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), para el próximo curso 2021 los alumnos de los colegios se tendrán que enfrentar a una nueva asignatura. Además, de matemáticas, lengua o música, los alumnos serán evaluados por su capacidad creativa, pero… ¿Realmente se puede enseñar la creatividad?
Sobre este aspecto debatieron la Fundación Botín y la Universidad de Yale en el primer Encuentro Internacional sobre Artes, Emociones y Creatividad. Durante los días 9, 10 y 11 de octubre tuvo lugar este foro, en el que las dos instituciones, junto con otras universidades trataron de dar con la forma más adecuada de llevar la creatividad a los centros educativos. Y es que, tal y como afirma el director de educación y asesor especial sobre política educativa del Secretario General de la OCDE, Andreas Schleicher, «el pensamiento creativo es una competencia necesaria para que los jóvenes de hoy se desarrollen, ya que las sociedades dependen cada vez más de la innovación para abordar los desafíos emergentes del futuro”.
La directora del Encuentro Internacional sobre Artes, Emociones y Creatividad, Zorana Ivcevic, afirma en su estudio, titulado como la ‘Predicción de la creatividad: efectos interactivos de la apertura a la experiencia y la capacidad de regulación de las emociones’, que la creatividad no solamente se puede enseñar, sino que también se puede predecir. En su trabajo analiza los vínculos entre la apertura a la experiencia, la capacidad de regulación emocional y la creatividad. Este vínculo estaría dominado por la pasión y es que las emociones juegan un papel crucial en la creatividad al convertirse en una herramienta para enfrentarse a los obstáculos en el camino al éxito.
La apertura a la experiencia tiene mucho que ver con el grado de creatividad de cada uno. Cuando una persona está abierta a tener nuevas experiencias y sentir nuevas sensaciones o sentimientos, es probable que sea una persona más creativa. Además, también influyen la gestión de las emociones, la pasión por los intereses y la persistencia frente a los obstáculos. Es más probable que una persona creativa sea aquella que tenga una mayor inteligencia emocional.
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