Asistir diariamente a la oficina y cumplir con un rígido horario son dos conceptos tendentes a la desaparición gracias a la llegada del smart working. Este innovador método de trabajo se centra en la idea de que el trabajador es más productivo cuando trabaja por objetivos y proyectos que cuando lo hace en cumplimiento de una jornada laboral.
A través del smart working el trabajador puede decidir cuándo trabaja y desde dónde, ventajas que ayudan a la hora de conciliar la vida laboral y familiar. Además, si está en el extranjero, es una gran forma de comenzar a formar una cartera de clientes, sin tener que afrontar los gastos derivados de instalarse en una oficina.
Ahora bien, este método implica un importante dominio de las nuevas tecnologías por parte del trabajador ya que, solo en la medida en la que realice un uso eficaz de las mismas podrá independizarse plenamente de un lugar físico desde el que trabajar.
Si quieres conocer más datos sobre la última tendencia que está revolucionando el mercado laboral, no dudes en el artículo que Arancha Bustillos ha publicado en Expansión titulado Por qué nos cuesta aceptar el ‘smart working’.