La industria española aspira a convertirse en unos de los grandes proveedores mundiales de tecnología e infraestructuras del sector energético «offshore». El primer objetivo es ser uno de los primeros contratistas para las instalaciones que se van a desplegar en los próximo años en aguas de Reino Unido y Alemania. Y es que España, tiene una gran ventaja competitiva por varios motivos. El primero, la experiencia tecnológica adquirida con la enorme expansión de la eólica terrestre. Además, las factorías españolas tienen gran capacidad de fabricación en cuanto a instalaciones, y gozan de salida al mar, muy importante en esta industria «offshore» porque facilitan el transporte de los equipamientos y permite reducir los costes.