La realidad que afrontamos trae consigo numerosos retos. La obligatoria necesidad de teletrabajar, crear nuevas rutinas desde el interior de casa, socializar por una pantalla, hacer ejercicio en el salón o dedicarles mucho más tiempo a tus hijos, son algunos de los cambios a los que debemos hacerle frente. Para que este periodo se haga más sencillo, Grupo Persona ha publicado en RRHH Digital una guía completa para que superemos este periodo de confinamiento con éxito:
Cuidados personales
Es importante tener en cuenta tanto los aspectos físicos como los psicológicos
Aspectos físicos
- Aprovecha el tiempo que dedicabas a los traslados en actividades de mindfulness o similares.
- Introduce dinámicas de ejercicio físico, cuando vas a trabajar y cuando dejas de trabajar (vuelta a casa)
- Mantén el mismo aspecto personal (ropa, aseo, etc.) que como si fueses a la oficina. Busca la luz del sol en la cara, si el día lo permite, en algún momento.
- Levántate de la silla y haz breves estiramientos cada 90-120 minutos y sigue haciéndolo cuando vuelvas al lugar donde hayas creado tu “despacho”.
- Evita picotear entre horas y cuida la alimentación.
- Cuida la postura frente al ordenador. Si no dispones de silla y mesa de oficina, busca la altura adecuada con cojines. Las mesas de comedor suelen ser más altas que las de trabajo.
- No mires a la pantalla del ordenador de frente sino hacia abajo. Lo contrario genera sequedad de ojos excesiva que puede derivar en dolencias oculares.
- Descansa la vista cada cierto tiempo, para no forzarla más de la cuenta. Al no interactuar con otros de manera presencial, podemos excedernos en el tiempo que miramos la pantalla.
- Bebe abundante agua e infusiones, más que café.
Aspectos psicológicos
- Tomar este periodo como una prueba de resiliencia, que pondrá en valor muchas de tus fortalezas que, posiblemente, no se utilicen de manera habitual en el trabajo.
- Disfruta de este momento excepcional, y saca momentos de calidad profesional y personal. Suponemos no volverlo a vivir nunca… emocionalmente es un momento agridulce, te permite hacer cosas que jamás hubieras pensado, positivas y negativas…, de ti depende.
- Permítete tener momentos bajos, y cuéntalo, no te lo guardes, a todos nos pasa, aunque no lo reconozcamos. Otros nos pueden ayudar a una mejor gestión.
- Celebra cada día como un nuevo logro. Cultiva el optimismo. Reflexionar sobre los aprendizajes adquiridos cada semana. Prémiate los logros.
- Busca hacer como los “boy scouts”, una buena acción diaria.
- Gestiona tu pensamiento y enfoca la imaginación a favor del objetivo, y no a favor de la preocupación.
Relaciones con los demás
Será un mundo a distancia, pero sigue siendo un mundo entre seres humanos.
Pon mucha atención a la comunicación
- Ten más empatía y date cuenta de que todos estamos afectados por la situación. Sé comprensivo con los fallos técnicos, las interrupciones, los fallos de comunicación…
- Cuida el tono de tu escritura en los medios de comunicación escritos, ya que no están acompañados de lenguaje corporal y pueden llevar a conflictos innecesarios.
- Mantén reuniones periódicas con los compañeros, no solo las reuniones de agenda y proyectos.
- Haz reuniones de aperitivo o de comida como hacías en la oficina, ahora virtual, pero hazlas. Siempre hay algo que celebrar y/o compartir.
- Comunica cuando inicias un periodo de descanso o de ausencia. Por ejemplo, me voy a comer.
- Cuando compartas tu casa con otras personas, también trabajando, estudiando o descansando, piensa en no incomodarlas, utiliza cascos, establece prioridades…
- Agradece, más que nunca, a colaboradores y reportes, el trabajo realizado.
- Sé más cautelosos de lo normal al cerrar documentos compartidos una vez hayas finalizado con tu tarea, para facilitar la de los demás.
- Sigue los procesos lo más escrupulosamente posible, es la manera de ayudar a los demás y ser previsible.
- Sonríe, aunque estés solo, incluso hablando por teléfono o en las video conferencias.
Entorno y logística en casa
Es tu casa, tu hogar y ahora, tu oficina, pero sigue siendo tu hogar
Crea un entorno diferente y lo más cómodo posible
- Define tu espacio de trabajo claramente y define espacios concretos para aquellas actividades que antes no hacías en casa: trabajo, deporte, reflexión, etc.
- Utiliza y cambia de entorno siempre que sea posible, según tu planificación: es decir, asignar una zona de trabajo diferentes del resto de actividades.
- Crea estrategias para las personas que tienen que concentrarse e involucra a los más pequeños, sé exigente con esta necesidad, ellos también necesitan entenderlo, hazlo en bloques de 25 minutos.
- Crea un espacio de trabajo con todo tu material al alcance. No como lo tenías en la oficina, sino como te lo permite tu casa. Es lo mejor que puedes hacer. Haz que de tu espacio lo más cómodo posible, aunque no sea maravilloso.
- Mantén limpio tu espacio de trabajo, recógelo cuando termines como si te fueses de la oficina. Que no se note que has estado trabajando.
- Si no puedes estar aislado, busca en la casa espacios para hablar por teléfono, que no molesten a los demás. Busca tu intimidad.
- Crea códigos para que las personas de tu alrededor (fundamentalmente niños y jóvenes) no te interrumpan y tengan que recibir excesivas negativas (por ejemplo, un cartel, una silla que cierra el paso, etc.)
Planificación y organización
Organizarte en un entorno diferente es un paso al éxito.
La planificación te permite cuidar de tu salud y ayuda a los que se relacionan contigo
- Ten un horario claro, bien distribuido e intenta ajustarte a él. Separa los momentos personales de los profesionales.
- Distribuye tareas a lo largo del día en función de la concentración que requieren.
- Establece horario para el descanso (desconexión digital ahora más que nunca), oblígate a ello.
- Repasa al final del horario establecido lo que has hecho y lo que te queda por hacer para el día siguiente.
- Mantén cumplimentada la agenda como si estuvieras de forma presencial.
- Introduce tiempo de socialización y ocio en la agenda, no solo con los que te rodean también con colegas, compañeros y amigos.
- Crea una matriz de urgencia/importancia y establece prioridades (incorporando en estas las de los más pequeños).
- Genera un documento para apuntar ideas que surjan y que no caigan en saco roto pero que tampoco te despisten.
- Adquiere una visión global del trabajo realizado y por realizar. Por ejemplo, un corcho, pizarra o una simple hoja.