El Partido Nacional Escocés y el Ministro de Economía inglés John McDonell, ya se plantean la inclusión de la semana laboral de cuatro días que tanto rompe con los estándares laborales ya conocidos. Aunque de primeras suena tentador, pero poco viable, diversos estudios afirman que no solo mejora la productividad, pues también contribuye a mejorar otros aspectos de la vida de los empleados.
Hace un año, la compañía de seguros de Nueva Zelanda Perpetual Guardian, elaboró un estudio en el que durante dos meses sus empleados tendrían un día más de fin de semana. En estos cuatro días los empleados deberían desarrollar todo el trabajo que normalmente desarrollaban en cinco. En el proceso de investigación se analizaron aspectos como la productividad, motivación y el rendimiento de los trabajadores.
Los resultados fueron analizados y revisados por dicha compañía, por La Universidad de Auckland y la Universidad de Tecnología de Auckland de Nueva Zelanda. En la interpretación que estas entidades realizaron del estudio en cuestión, afirmaron que mejoraron diversos aspectos de los empleados:
– El personal había conseguido desarrollar su trabajo en un día menos, por lo que la productividad había aumentado en un 20%.
– El balance entre la vida laboral y personal también había aumentado, desde un 54% hasta un 78%. Ahora todos los empleados tenían más tiempo para dedicarle a amigos, familiares o incluso a hobbies que tenía algo abandonados.
– El estrés disminuyó hasta en un 9%. Además, muchos empelados afirmaron haber experimentado un impulso estimulación intelectual y creativa. Por lo que se sentían más valorados por la empresa.
– Como consecuencia de esto último, los empleados habían aumentado su compromiso para con la empresa. Tenían una sensación mayor de pertenencia a un ‘equipo’.