¿Te cuesta concentrarte? ¿Eres incapaz de separar vida profesional y familiar desde que trabajas en casa? ¿No consigues mantener una rutina diaria? Si te has sentido identificado no te preocupes, es mucho más frecuente de lo que te pudieras imaginar y, por eso, hoy nos hemos propuesto darte las claves que te permitirán aumentar tu productividad.

Hace poco leímos un artículo de Europa Press sobre las claves para que las trabajadores autónomos, o los que utilizan el teletrabajo, aumentaran su eficacia y descubrimos que conocíamos a muchísimas personas con problemas a la hora de organizar su día a día cuando no iban a la oficina. Amigos, parejas o familiares, cuando sacamos el debate en la empresa empezaron a surgir diferentes nombres con una historia muy similar a la que estábamos leyendo y las frases más escuchadas fueron aquellas que decían eso de “nunca desconecta”, “yo creo que ahora trabaja muchas más horas que cuando iba a la oficina”, “mi cuarto de estar es un caos”…

Poco a poco nos dimos cuenta de que existía un problema común que, además, afectaba a la propia productividad de estos trabajadores, que no era tan alta como debiera. La culpa de esa situación no era precisamente que dedicaran poco tiempo al trabajo, el problema radicaba en que, en algunos casos, no eran suficientemente eficaces y, en otros, no eran capaces de desconectar y dejar las tareas pendientes para el día siguiente.  Y es en este punto en el que surge la gran pregunta, ¿tiene solución? ¿Es posible aumentar la eficacia del trabajo realizado en casa? Sí, y hoy vamos a enseñarte cómo hacerlo.

Lo primero que debes valorar es la importancia de diseñarte un espacio personal en el que te puedas sentar a desarrollar tu actividad profesional. No tiene que ser muy grande, pero debe estar ordenado, adecuadamente iluminado, en definitiva, un espacio el que te sientas cómodo. Recuerda que ya seas autónomo o trabajes desde casa para una compañía, ese es el lugar de la casa en el que más tiempo vas a pasar. Por eso, te recomendamos que crees un espacio acogedor, con colores neutros, una habitación en la que te guste estar e incite a quedarse.

Además, es importante que te mentalices de que, el hecho de trabajar desde casa no significa que carezcas de un horario laboral. Es importante que te marques una rutina,  que te obligues a seguirla y que, cuando estés tentado de saltártela, y lo estarás, te preguntes, ¿si fuera a la oficina podría quedarme un par de horas más durmiendo y llegar tarde? ¿Seguiría trabajando a las doce de la noche? Al final es necesario que interiorices que, al igual que un empleado pasa ocho horas en su compañía, tú también necesitas tener tiempo para dedicar a las cosas que te gustan y para conciliar tu vida personal y profesional.

Precisamente la idea anterior nos lleva a recordarte que necesitas desconectar. Una de las grandes ventajas de trabajar desde casa en pleno siglo XXI es la posibilidad de hacer uso de las últimas tecnologías, una serie de avances impresionantes que nos permiten poder realizar nuestros proyectos y estar conectados desde cualquier lugar del mundo. Ahora bien, eso también es un riesgo, puesto que muchas veces terminamos siendo esclavos del móvil y olvidamos que también necesitamos tiempo para desarrollar nuestras aficiones. Por ese motivo, es necesario desconectar, solo así podrás descansar realmente y ser más productivo al día siguiente, gracias a esa conciliación personal y familiar.

Y ahora, ¿a qué esperas para crearte una rutina y diseñar un despacho acogedor?

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