El envejecimiento de la población se está convirtiendo en un nuevo reto para las empresas, porque muchas personas mayores de 45 años se reincorporan al mercado laboral.
Los estudios señalan que más de la mitad de la población tendrán más de 50 años de aquí a una década, y las empresas muchas veces tienden a excluir este tipo de perfiles, lo que supone una gran pérdida de talento.
La juventud se suele asociar con la creatividad y el aprendizaje fácil, pero los trabajadores seniors suelen estar muy motivados y poseen otras cualidades que los jóvenes no pueden proveer a la empresa. Por ello, es muy importante que las empresas sepan organizar su plantilla para que pueda mezclar los dos tipos de perfiles, tanto joven como senior, y así obtener resultados más efectivos.
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